Por
Redacción
BÁSQUET – SÚPER 8
El Este se rinde ante el Súper Campeón. Las
palabras Peñarol y campeón tienen casi el mismo significado. Su relación con
los títulos es total. El sábado por la noche sumó otra estrella a su rica
historial vencer por 82 a 76 a Quimsa de Santiago del Estero y sumó su cuarto
Súper 8, esta vez en Mendoza.
Los marplatenses son liderados por un trío
desequilibrante, Leonardo Gutiérrez (14 puntos), Facundo Campazzo (anotó 15 y
fue el jugador más valioso de torneo) y Martín Leiva (15), quienes al final se
unieron en un abrazo con todos sus compañeros.
El arranque del partido decisivo de Peñarol
pareció ser una continuidad de lo hecho en las semifinales contra Regatas.
Fueron cinco minutos de alto vuelo, en los que llegó a sacar 11 puntos de
diferencia (17-6) gracias a una sólida defensa y jugando con comodidad en
ataque.
En el segundo cuarto, los rompimientos de
Adrián Boccia y un par de bombazos de Axel Weigand e Isaac Sosa rompieron la
paridad y le permitieron a Peñarol sacar una ventaja de 9 (34-25), aprovechando
algunas pérdidas de balón de Quimsa. Y si bien el elenco santiagueño se colocó
a 3 (34-31) por Christian Schoppler y Treise, Peñarol se mantuvo arriba, otra
vez con la velocidad de Boccia para atacar el aro y el agregado de los triples
fundamentales de Gutiérrez (42-35). Con otro triple de un encendido Sosa,
Peñarol cerró la primera mitad ganando 47-39.
Las malas decisiones y los errores
ofensivos predominaron en el amanecer del tercer cuarto. En ese contexto,
Peñarol siguió dominando y empezó a encaminar una nueva consagración. Claro,
siempre con la participación de sus referentes. Gutiérrez castigó con el tiro
externo y hasta Leiva metió un inédito triple desde el eje de cancha, además de
sumar debajo del aro. Sobre el cierre, Gabriel Fernández (otro que llegó esta
temporada para ofrecer su experiencia) estableció 15 de luz (65-50). Así,
Peñarol comenzó a juntar las letras para formar la palabra campeón.
Algunas dudas lo atraparon en el inicio del
último cuarto por la falta de gol (estuvo casi cuatro minutos sin anotar), pero
Quimsa nunca pudo concretar cuando tuvo las chances de poder remontar. Lo demás
ya no tuvo importancia. Y Peñarol festejó. Una vez más.
Fuente y foto: Diario Clarin
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