FELIZ DÍA PARA NOSOTROS

Por Hugo Videla
soydeleste2013@gmail.com
Foto: Internet

OPINIÓN

-¿Che pibe y vos a qué te dedicas?
-Soy periodista. 
-Ah mirá vos… che, ¿y trabajar nunca?

Esta conversación tan retrógrada como real, a muchos de los que somos periodistas nos ha tocado aguantar y tener que poner una mueca de sonrisa (para no mandarlos a la mierda). Por lo general, el que hace esas preguntas de siglo XIX, es una persona mayor a 50 años y que hace 20 que está estancada en un trabajo que odia.

Mucha es la gente que cree que trabajar, solamente es agarrar una pala y todo lo demás es ocio. Ojo: usted lector que sigue en esta nota de opinión, no se confunda. En los próximos párrafos no se criticará a ninguna fuente de trabajo, sino que la idea es mostrar lo que es una jornada laboral de un periodista.

Si vamos a la definición de la palabra trabajo, es la remuneración por una actividad o acción, brindando un producto o servicio. Claramente, aunque algunas personas lo sigan dudando, el periodismo es un trabajo y muy digno.

Por lo general, ocho horas es lo que cumple un empleado de comercio, un trabajador municipal, un empleado de fábrica. Es lo que corresponde. Ocho horas para trabajar, ocho horas para dormir y ocho horas para disfrutar de la familia. Sin embargo, en la mayoría de los días (por no decir siempre), la jornada laboral de un periodista supera ampliamente las ocho horas y hay veces, como los domingos, que se puede llegar hasta duplicar.

Y es que en un momento complicado de los medios, y al ser un trabajo tan mal pago, muchos somos los que debemos realizar más de una tarea. El concepto de “periodista multimedio” se aplica más que nunca, porque un trabajador de medios de comunicación debe ser un buen cronista y editor de diario papel o digital, ser un buen locutor para la radio, si tiene cámara de fotos, tiene que saber sacarlas y editarlas y si además, el periodista tiene algo de facha, después tiene que ir al canal de televisión para presentar el informe del día.

Un periodista por lo general se levanta entre las seis y las siete de la mañana y se acuesta a las dos o tres del otro día, luego de haber pasado por la radio, de haber escrito y editado varias notas en su notebook, de haber ido a cubrir un evento y de llegar nuevamente a casa para seguir editando fotos y audios.

Muchos son los cumpleaños que nos hemos perdido, propios y de familiares cercanos. Ni hablar de los asados con amigos, que por lo general son de noche, donde más acción tiene un periodista sobre todo los deportivos. Y luego hay que bancarse los mensajes en el grupo de Whatsapp donde te dicen que “estás agrandado y ya no te juntas con nosotros”.

Pero más allá de esto, el periodismo es una vocación. Se es periodista las 24 horas del día y se disfruta mucho a pesar de las críticas. Y como alguna vez lo dijo el gran Juan Pablo Varsky, hay que entender que el periodista es humano y también se equivoca. Hay una idea perfeccionista del común de la gente de que no nos podemos equivocar y claramente no es así. Una palabra fuera de lugar, un error en un apellido del relator, o el puto Word que no corrigió esa palabra mal tipiada. Está permitido equivocarse.

Por eso, en este 1 de mayo, le quiero desear un feliz día a todos los trabajadores, pero en especial para nosotros, lo que hacemos periodismo. A aquellos que siguen adelante en su radio, la web, el diario o la televisión, a pesar de todas las dificultades y críticas. Gracias por todo lo que nos dan, recibiendo tan poco a cambio.

Comentarios

  1. ¡Que buena opinión!, la entiendo y comparto plenamente, lindo mensaje y su contenido.Me identifica con mí actividad Titiritera.

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