EL HCD DE RIVADAVIA RECONOCIÓ A MUJERES DESTACADAS


Por Soy Del Este

El Honorable Concejo Deliberante de Rivadavia (HCD) realizó el acto Reconocimiento a
Mujeres Destacadas Rivadavienses, edición 2025. La convocatoria se realizó según lo establece la Ordenanza Municipal N° 5039/2021 y su modificatoria, la Ordenanza N° 5187/2024, normativa que permite visibilizar y valorar el compromiso, el esfuerzo y la trayectoria de mujeres que han dejado una huella imborrable en el Departamento de Rivadavia.

Estuvieron presentes la vicepresidente 1° a cargo de la presidencia del HCD, Laura Abate Cano, los ediles: Alicia Kihn, Silvana Francese, Alejandro Flores, Johanna Genovese, Juan Manuel Villalba y el secretario del HCD, Pablo Micheli. 

MARÍA LAURA ESSAYAG


María Laura es hija, hermana, madre, compañera, docente, formadora de formadores,
militante social, educadora popular... y sobre todo, sembradora de esperanza. Nacida en una familia donde la educación era raíz y horizonte, se formó y forjó en nuestra querida Escuela Normal, la misma que luego la recibiría como maestra. Su andar por la Facultad de Filosofía y Letras coincidió con uno de los momentos más convulsos de nuestra historia reciente, pero ni la crisis ni la incertidumbre detuvieron sus sueños. 

Egresó con honores y, desde entonces, no ha dejado de abrir caminos. Desde las aulas hasta los barrios, desde los libros hasta el teatro, desde las jornadas académicas hasta los espacios más vulnerables, su hacer docente ha sido y es un acto de amor, de lucha, de justicia y de ternura. Ha hecho de la práctica un puente con la vida real, y del barrio, un aula con ventanas al mundo.

KAREN MIRANDA



La historia de una mujer valiente, apasionada y tenaz: Karen Miranda, oriunda de Los
Campamentos, que desde muy joven desafió estereotipos y rompió moldes con fuerza y
determinación. Desde que descubrió su amor por la mecánica en la escuela técnica, Karen fue abriéndose paso en un mundo históricamente masculinizado. Armó un karting premiado a nivel
nacional, estudió Petróleo y Gas, y trabajó en talleres, inspecciones técnicas, y hoy se desempeña como operadora de producción en YPF, llevando el orgullo de su esfuerzo a lo más alto.

Pero su historia no es solo profesional. En 2018, un accidente casi le arrebata todo… menos
su espíritu. Le dijeron que no volvería a correr, a jugar fútbol, ni a ejercer su carrera. Pero
ella eligió no creer en esos límites. Eligió vivir, luchar y soñar más fuerte. Karen nos enseña que todo es posible y que cuando la pasión guía los pasos, nada puede detenernos. 

AIDA MOI


Nacida el 17 de septiembre de 1936, en una época marcada por desafíos, Aída supo desde muy joven que su camino estaba ligado al conocimiento y al servicio. Hija de José Moi, histórico administrador de Gargantini, creció en un hogar lleno de valores que marcarían para siempre su manera de enseñar, vivir y servir.

Graduada con honores, inició su carrera como docente comenzó en la Escuela Bautista Gargantini y continuó en la Escuela Fragata Sarmiento, pero fue en la Escuela Heriberto Baeza y, especialmente, en la Escuela Normal donde Aida dejó una huella imborrable. Como maestra de segundo grado, formó a generaciones enteras con ternura, paciencia y una pasión por enseñar que trascendía los contenidos. Sus alumnos no solo aprendieron a leer y escribir: aprendieron a ser mejores personas y hoy recuerdan a la Señorita Aída con gran ternura y admiración. 

Aida se jubiló en 1989, pero su legado sigue vivo. Es madre de Luis Horacio y María Gabriela, abuela de Luis, María del Pilar, María Constanza e Ignacio. Ella es sobre todo, una guía para quienes creen que educar es un acto de amor y transformación. Hoy, la comunidad rivadaviense la reconoce no solo por su trayectoria, sino por el inmenso corazón con el que sembró futuro. 

ANA MARÍA LIZANA



La trayectoria de una mujer que ha dejado huella en su comunidad con su compromiso,
dedicación y amor por el saber: Ana María.

Se formó íntegramente en la Escuela Normal de Rivadavia, y luego partió a Córdoba con una meta clara: convertirse en profesional. Con esfuerzo y perseverancia, obtuvo el título de Abogada y más tarde de Escribana, regresando a su tierra natal para ejercer con pasión.

Comenzó su camino laboral junto a su cuñado, el Escribano Roberto Sliba, y en 1980 inauguró su propia escribanía en la casa paterna de calle Lavalle. Pero su entrega no se limitó a lo jurídico: también fue docente, compartiendo su conocimiento con generaciones de estudiantes en diversas escuelas de Junín y Rivadavia.

Ana María no se detuvo nunca. A lo largo de los años, continuó perfeccionándose, con maestrías, cursos y capacitaciones, manteniéndose siempre actualizada y activa. Hoy, sigue ejerciendo con la misma vocación que la impulsó desde el primer día.


MARÍA CRISTINA ELÍAS DE ÁLVAREZ


Nacida en Rivadavia, en el corazón de una familia trabajadora descendiente de inmigrantes árabes e italianos, creció con valores firmes: el amor por la educación y el esfuerzo como motor de vida.

Desde muy joven, mientras estudiaba para ser maestra, Cristina ya trabajaba en el comercio para colaborar con su hogar. Al recibirse, dedicó su vocación a la docencia, dejando huella en las aulas de varias escuelas de la provincia, en especial en la querida Escuela Enrique Tittarelli.

Su espíritu inquieto y solidario nunca se detuvo. Emprendió, trabajó junto a su esposo en la histórica Imprenta Carreras, y fue convocada por la Cooperadora del Hospital Saporiti, donde encontró un nuevo lugar para entregar su corazón.

Hoy, con 71 años de vida, Cristina sigue más activa que nunca, siendo parte vital de la Cooperadora del Hospital Carlos Saporiti y colaborando incansablemente con instituciones educativas y entidades de bien público.


MARISA CAROLINA FRANCO



Se reconoció la labor incansable y profundamente humana de Marisa Carolina Franco, una mujer cuya vida cambió para siempre desde el momento en que fue salvada por una perrita llamada Nachita. Aquel primer encuentro en 2006 no solo marcó el inicio de su camino como rescatista y protectora, sino que despertó en ella una misión de alma: ser la voz de quienes no pueden hablar.

Desde entonces, Marisa ha dedicado su vida a proteger, cuidar y amar a los animales más vulnerables. Marisa no está sola: junto a otras mujeres valientes y sensibles, conforma una red de corazones comprometidos con una sola misión: que ninguna vida sea indiferente, que ninguna patita quede olvidada. Porque como ella misma dice: “ser su voz no es una elección, es una misión del alma”. Marisa no es solo Marisa, es Yamila, Yani, Karen, Merlina, Paula, Agustina, Verónica, Camila, Flor y todos aquellos quienes colaboran en Animalistas de Rivadavia.


Fuente y fotos: Prensa HCD de Rivadavia


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