Por Hugo Videla
soydeleste2013@gmail.com
Foto: Archivo.
FÚTBOL: FEDERAL B
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FÚTBOL: FEDERAL B
Ante más de 12 mil hinchas, San Martín no pudo conseguir el tan ansiado ascenso. Cayó en
el último partido del año frente a Defensores del Pronunciamiento por 1 a 0 y,
sumado al 1-2 en Entre Ríos, el Chacarero se quedó con el grito de festejo
atragantado. Los inadaptados de siempre empañaron la fiesta.
¿Qué se le puede exigir a este plantel? Un equipo plagado de
pibes, jugadores genuinos, algunos nacidos en el club y muchos formados en la
Liga Rivadaviense. Un equipo de “emergencia” tras la dura situación económica
que atravesaba el Albirrojo, de la noche a la mañana hizo ilusionar a todo el
Este mendocino.
Del partido en cuestión no hay mucho para destacar. Hubo un
equipo que fue superior en los 180 minutos y que consiguió merecidamente el
pasaje para el Federal A. A San Martín le sobró garra y corazón, pero le faltó
funcionamiento en equipo e ideas para poder romper la defensa rival.
El Depro se sintió muy cómodo esperando bien parado en el
medio y saliendo rápido de contra, con dos delanteros altos que aguantaron cada
pelota de la mejor manera y le generaron muchos dolores de cabeza a la defensa
Albirroja. En el segundo tiempo a los 24´ llegó el único gol de la noche. Robles desbordó por la izquierda, tiró el
centro para que Echague de cabeza ponga el 0-1 y termine de sentenciar la
serie.
Como ya es una costumbre en el fútbol argentino, los
inadaptados volvieron a ensuciar lo que era una noche de fiesta. Primero, al
inicio del segundo tiempo, hubo serios incidentes en la Popular Norte entre
propios hinchas de San Martín, donde trascendieron rumores de apuñalados, al
parecer, una lucha entre dos facciones de la “Barra Chacarera”.
Por otro lado y al finalizar el encuentro, algunos simpatizantes
ingresaron al campo de juego para “pedirles” a los jugadores camisetas y
pantalones. Javier Villaseca, luego de darle casi todo a uno de los hinchas, tuvo
un altercado con un oficial de la policía en un hecho confuso (se piensa que el
uniformado lo confundió con un hincha) en donde le tiraron gas pimienta al
delantero. Por suerte, el Gato post partido pudo retirarse por sus propios
medios del estadio.
Aplaudan y no dejen de aplaudir a este equipo con un futuro y
corazón enorme, que siente la camiseta como pocos y que ahora tiene la
experiencia de haber jugado una final. En el 2016 tendrá una merecida revancha
para intentar recuperar el lugar que la historia del León merece.
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