VIENEN TIEMPOS DIFÍCILES... COMO CASI SIEMPRE

Por Gabriel Pérez Iglesias
TW: @gabrielpi07
Foto: Archivo

OPINIÓN

Ahora sí, más en frío. Una lástima esta oportunidad que se le escapa a San Martín. Formó un equipo sólido y seguro, y el sueño parecía de verdad posible. Pero no se da. Tres veces en 6 años y van. Y siempre lo que más duele es seguir en esta categoría de mierda. Futbolísticamente FADEP fue el rival más serio, a medida. Hay lógica en el resultado. Ganamos uno, empatamos otro, perdimos el más importante.

Es una deuda pendiente con la historia: San Martín nunca dominó a sus rivales en los partidos importantes de los últimos 15 años. Por la historia, por la mochila, por la presión, todos los años escuchamos y decimos motivos diferentes. ¿Alguna vez nos cuestionamos fundamentos de raíz? Queremos ascender y después ver cómo ordenar el club. ¿Y si probamos al revés?

Porque así parece ser la regla general: Ordenar primero, sembrar, cosechar los frutos después. Los ejemplos están a la vuelta de la esquina: Godoy Cruz, Gimnasia, el mismísimo FADEP. 15 años de decepciones no han hecho que cambiemos el foco, ni los dirigentes ni los hinchas. Lo primero, sea la dirigencia que sea, es que el hincha se acerque, se asocie y ayude.

¿Cuántos de nosotros criticamos desde afuera? ¿Cuántos nos indignamos, sufrimos y juzgamos sin ayudar? No nos gusta dónde está el club, bien: ¿Qué hacemos para cambiarlo? Mientras más grande es la institución, más gente hace falta para sacarla del pozo. No basta con más hinchas, ya somos miles. ¿Qué colaboren? Los mismos de siempre. Sólo por ellos la estructura sobrevive. Agrupaciones en fútbol, subcomisión en básquet, fulanito en hockey, etc.

Si gracias a unos pocos el club no ha desaparecido y sigue compitiendo, imagínense de lo que serían capaces todos juntos. Han sido años de muchos jueces y poca autocrítica. Y la crítica, cuando es fundamentada y constructiva, es buena. Hemos llegado al punto de confundir "amor por el club" con "protegerlo" en una burbuja. Tapar lo malo, esconder los errores y "chamuyar" los fracasos no es amor.

Así es como tantos hijos de puta han aprovechado ese hermetismo e hicieron desastres en beneficio de sus intereses aprovechándose de la buena voluntad de mucha gente, de esos pocos que colaboran y sostienen el sueño de salir de esta categoría tan poco digna.

Se vienen tiempos difíciles, como casi siempre. Y nunca terminamos de acostumbrarnos. Vivimos esperando un guiño del destino que nunca llega. Ni llegará. La suerte nunca nos quiso y no creo que tenga ganas de hacerlo. Por eso no hay otra, San Martín deberá vencer por sí mismo. Con el ejemplo de sus grandezas pasadas y sus miserias recientes. La derrota duele, pero no hay mal que por bien no venga. Mañana empieza una nueva oportunidad. Potenciemos a los que están, ayudemos a los que vienen.

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